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Las industrias culturales y creativas

La Comisión Europea publicó en el año 2010 el "Libro Verde: liberar el potencial de las industrias culturales y creativas" en el que se dieron las siguientes definiciones:


INDUSTRIAS CULTURALES

Actividades que producen y distribuyen bienes o servicios que, en el momento en el que se están creando, se considera que tienen un atributo, uso o fin específico que incorpora o transmite expresiones culturales, con independencia del valor económico que puedan tener. Además de los tradicionales sectores artísticos (artes escénicas y visuales, o patrimonio cultural, incluido el sector público), también abarcan el cine, el sector del DVD y el video, la televisión y la radio, los juegos de video, los nuevos medios de comunicación, la música, los libros y la prensa.

Libro verde de la Comisión Europea


INDUSTRIAS CREATIVAS

Aquellas que utilizan la cultura como material y tienen una dimensión cultural, AUNQUE SU PRODUCCIÓN SEA PRINCIPALMENTE FUNCIONAL. Entre ellas se incluyen la arquitectura y el diseño, que integran elementos creativos en procesos más amplios, así como subsectores tales como el diseño gráfico, el diseño de moda o la publicidad.

Libro verde de la Comisión Europea

Siendo concretos, podemos decir que las Industrias culturales y creativas engloban:


Imagen Industrias Culturales y Creativas

DENTRO DE SEIS FUNCIONES
  • Preservación
  • Creación
  • Producción
  • Difusión
  • Comercio y ventas
  • Educación

¿Por qué este afán por impulsar este sector de actividad económica en concreto? Como ya hemos ido viendo, junto a su relación con la innovación y su papel de difusión hacia otras actividades económicas, en los últimos diez años –y quizá provocado por la crisis económica global- se han generado los primeros estudios a nivel europeo que demuestran que la cultura y el emprendimiento cultural son los factores CLAVE de la innovación económica y social, o lo que es lo mismo, la inversión en el sector es estratégica para la potenciación del resto de la economía.

Si traemos a nuestra mente ejemplos locales de recuperación patrimonial o el impacto de declaraciones de la UNESCO a diferentes niveles (de interés local, regional, patrimonio de la Humanidad...) los efectos son innegables. Pero hay algunos elementos estratégicos más a tener en cuenta: como ya hemos señalado, no sólo el sector turístico sino el educativo tienen una íntima relación con las industrias culturales y creativas. El turismo patrimonial, cultural o idiomático son áreas a tener en cuenta, y no son pocas las iniciativas multidisciplinares que sumando procesos de recuperación cultural (leyendas, folklore, rutas, vinculación con patrimonio natural) a iniciativas de inversión privada están creando clusters de avance regional:



Logo Hidranatura En Extremadura, tenemos un ejemplo claro a través de la explotación de recursos hídricos y la colaboración a través de este hilo conductor de Universidades, empresas, sector turístico y líneas de colaboración transfronterizas.


http://www.hidranatura.com

Pero en relación al ámbito educativo, nos exige mucho más. Todas las Instituciones vinculadas a la cultura a nivel internacional señalan que el necesario contagio de cultura y educación pasa por los siguientes puntos clave:

El diseño de políticas públicas que pongan su acento sobre la creación de públicos desde la infancia, potenciando la diversidad y el conocimiento de las diferentes manifestaciones culturales. La potenciación y transversalización de la educación artística.
La educación para los talentos. Fomento de la creatividad necesaria para la efectiva incorporación al mercado de trabajo actual.

El desencuentro, en ocasiones, entre el sistema educativo y el sistema laboral nos señala que aún estamos enfocándonos en un modelo productivo industrial, para el que lo sistematizado y repetido eran claves. El actual modelo nos obliga a la continua reinvención, la creatividad aplicada a la propia carrera profesional y el conocimiento de estrategias de comunicación basadas en la empatía en un mundo de interconexiones constantes. Pero, puesto que estamos en el sector universitario:


Mejorar la empleabilidad: la Universidad tiene un compromiso con la sociedad. Junto a su dimensión investigadora, está creando las generaciones profesionales de mañana. No podemos resignarnos a que el papel de las titulaciones humanísticas y sociales sea testimonial cuando existen evidencias empíricas y experiencias reales que demuestran que la opción del autoempleo y la aplicación de estrategias empresariales en esta dirección benefician a toda la economía y contribuyen a la consolidación de comunidades locales de ayuda mutua. El beneficio de las ICC no es volátil: tiene un fuerte carácter territorial y consolida identidades y desarrollo local. Como estrategia a favor de la empleabilidad de las mujeres: seguimos teniendo índices mayores de desempleo entre las mujeres, así como mayores tasas de finalización de carreras universitarias vinculadas al ámbito social y humanístico. Si no aplicamos estrategias de emprendimiento también en estas áreas, estamos incurriendo en un doble sesgo: el de género y el del sector económico.
¿Por qué es clave que la Universidad diseñe planes específicos para el fomento de las ICC?
La tradición colaborativa de las Universidades y su papel como espacios de gestión del conocimiento las convierte en piezas clave para promover el emprendimiento y generar incubadoras de empresas culturales y creativas que empujen al sector privado en la misma dirección e incorporen temas relativos a la promoción de las ICCs en la agenda pública. Talentos creadores y multidisciplinariedad: la Universidad cuenta con el capital humano y creativo necesario para protagonizar este proceso de innovación social y puede crear nodos entre diferentes disciplinas enfocados a dar respuestas sostenibles a problemas de acceso cultural, estancamiento, puesta en valor...