En los últimos tiempos, alentando el fomento del emprendimiento se ha puesto toda la atención sobre los procesos de ideación y generación de nuevos puntos de vista que permitan la innovación empresarial. Las buenas ideas, mejorar las ideas, innovación aplicada a las ideas, ideas basadas en los sueños, sueños en acción...son algunos de los mensajes clave que está lanzando nuestro sector y el núcleo de las estrategias de marketing. Sin embargo, alrededor de la ideación en el campo del emprendimiento social y cultural creemos que es importante realizar una reflexión más profunda.
Un ejemplo de lo que estamos comentando:
Uno de los rasgos de identidad del emprendimiento social y cultural reside precisamente en la motivación y en las características de la ideación del proceso emprendedor. Si bien a la hora de montar una empresa se habla de nichos de mercado, necesidades de consumo no resueltas o suficientemente explotadas, en el emprendimiento social hablamos de necesidades sociales o culturales que motivan la búsqueda de una solución a través de un modelo de empresa.
Entenderemos mejor los pasos del proceso a través de un ejemplo real:
Cuando el emprendimiento social Embrace Global, especializado en la mejora de la salud materno-infantil daba sus primeros pasos, se encontró con el hecho de que a nivel mundial, según datos de la Organización Mundial de la Salud, existen 20 millones de niños en el mundo que nacen de forma prematura o con bajo peso y que una de las principales causas de mortalidad en los primeros días tras el nacimiento es la hipotermia. Ante el análisis detallado de esta realidad se llegó a la conclusión de que una auténtica actividad de impacto sobre la mejora de la salud pasaba necesariamente por resolver de alguna manera algunos interrogantes:
Tras la detección de la necesidad y la investigación de los modelos ya existentes, se desarrolló una fase de intensa innovación y creatividad aplicada para dar una respuesta factible, barata y replicable a nivel internacional. El resultado fue la creación del saco térmico que les ha llevado a estar presentes en más de 20 países y contar con el reconocimiento de todos los organismos de apoyo del sector.
La identificación de oportunidades de negocio en nuestro sector va aparejada, indisolublemente, de la investigación social. Al posterior análisis de viabilidad y estudio de mercado, le precede un conocimiento exhaustivo vinculado a una problemática social o cultural concreta y la capacidad para manejar indicadores y datos que permitan la medición del impacto social que nuestra actividad comercial puede producir sobre dicho problema.
Lo que hemos podido comprobar a través de estos dos ejemplos es que el proceso de creación de empresas en nuestro sector sigue las siguientes fases:
Junto a la utilización de análisis sociológicos profesionales que nos permitan tener una radiografía lo más clara posible sobre las verdaderas causas que mantienen vivos ciertos problemas sociales y culturales, con el fin de incidir sobre las áreas clave, existen algunas metodologías sencillas que nos pueden ayudar a analizar los factores del entorno social y cultural en el que vamos a emprender, para entender mejor qué contextos serán los más apropiados para la puesta en marcha de nuestra idea.
Entre los métodos más conocidos y extendidos se encuentran:
POLÍTICOS | ECONÓMICOS | SOCIO-CULTURALES | TECNOLÓGICOS |
- Políticos (¿hemos tenido en cuenta la legislación nacional y sectorial?, ¿las previsiones de gasto público?, ¿las líneas de apoyo sectorial previstas a nivel político?).
- Económicos (¿cómo nos afectan las corrientes micro y macroeconómicas?, ¿cuáles son nuestros apoyos financieros?, ¿qué elementos pueden impactar en el poder adquisitivo de nuestros clientes?).
- Sociales (elementos demográficos, estudio del comportamiento y tendencias de nuestros clientes, modas, cambios en el consumo).
- Tecnológicos (¿puede haber factores tecnológicos que tengan impacto sobre nuestro emprendimiento?).
Análisis interno | Análisis externo |
DEBILIDADES | AMENAZAS |
FORTALEZAS | OPORTUNIDADES |
Sin duda, esta es la parte más creativa del proceso emprendedor, la que nos obliga a pensar en nuevos modos que hasta el momento no se habían planteado, así como la que nos lanza a la combinación de ideas dispares con el fin de encontrar el momento ¡eureka! que hace avanzar la innovación. Existen miles de técnicas de creatividad aplicada a la generación de ideas empresariales que tienen por factor común el hecho de promover y provocar el "pensamiento fuera de la caja" o el pensamiento lateral, definido por Edward de Bono, que pone de relieve el papel del pensamiento intuitivo, generador, "no convencional" y que, sin buscar, ¡encuentra!
Más allá de la aplicación de técnicas de generación de ideas concretas, en el caso del emprendimiento social y cultural, el empeño en las preguntas incómodas y el continuo ¿por qué? que olvidamos en la infancia, se presentan como las armas más eficaces. Existen algunos factores que, en la fusión de lo social y cultural, nos permiten innovar y generar respuestas diferentes fijando nuestra atención en puntos clave:
En relación con el análisis de las ideas que han surgido tras los procesos de creatividad grupal, definida por la libertad total y la ausencia de sentido crítico, encontramos algunas técnicas muy extendidas entre el sector del emprendimiento social y cultural, que nos permitirán observar la oportunidad de nuestra idea desde diferentes enfoques que incorporen tanto lo racional como lo emocional.